Por Violeta León, presidenta Colegio de Profesores Regional Valparaíso
La violencia dentro de los contextos educativos no es sino un reflejo de cómo nos estamos relacionando como sociedad. Como adultas y adultos responsables de infancias y adolescencias estamos al debe en cuanto a entrega de herramientas emocionales y la pregunta que nos hacemos es ¿Las tenemos?, lamentablemente en una gran mayoría no, una sociedad quebrada donde solo en los últimos años hemos aceptado por ejemplo la psicoterapia como modo de aprender a gestionar nuestra vida —nuestras emociones— y no un sinónimo de estar “loco”, es un buen diagnóstico para comenzar a ver que los NNA (niñas, niños y adolescentes) solo responden a un estallido de nulo tratamiento de nuestras emociones, donde cada día conversamos menos como grupos familiares, sumidos en la virtualidad del sentirnos comunicadas, pero en realidad nos estupidizamos cada día sumergidos en el aparato celular sin mirarnos entre nosotros a reflexionar mínimamente de nuestras acciones.
Después de dos años de escolaridad fuera de nuestras aulas presenciales, vemos hoy el estallido emocional de NNA que en muchos casos no han recibido herramientas desde el hogar y que no recibieron por parte de los colegios, la sociabilizancion de códigos de resolución de problemas bases y civilizados fuera de toda lógica violenta. Como docentes estamos cada día en un agobio intentando abarcar estas problemáticas que llegan al espacio educativo, donde no contamos con las mejores herramientas desde nuestra educación inicial docente ni tampoco se cuenta con personal humano para trabajar de manera real y efectiva. Los establecimientos — por temas de recursos otra vez— cuentan con muy poco personal psicosocial, donde puedes tener solo un psicólogo por establecimiento y eso claramente no basta.
No solo el Ministerio de Educación saliente no previno esta situación, ni entregó herramienta alguna a las comunidades escolares, sino como sistema educativo chileno en conjunto, estamos a años luz de guiar en los 12 años de escolaridad a nuestros NNA en habilidades para la vida, no sirve de nada pero realmente de nada entregar contenidos “útiles” para preparar para la educación superior o para el trabajo y desechando la entrega de herramientas que una sociedad en muchos casos considera “inútiles», invitamos resistir a la dictadura del utilitarismo que tanto daño le ha hecho a la educación, los establecimiento escolares tienen que enseñar a vivir y ser una forma de resistencia a los valores falsos de una sociedad violenta, consumista y alienada; donde solo la cultura y la educación puede contribuir a crear ciudadanos capaces de resistir a la barbarie, a la violencia.
La escuela, porque realmente las familias no se la están en muchos casos pudiendo —por no contar con las herramientas— debe enseñar todo aquello que no genera beneficio monetario pues está considerado inútil. El arte en todas sus expresiones, la literatura o la filosofía y el deporte, deben estar presentes de manera real pues a través de ellas, educamos nuestras emociones y nuestras relación con otras personas.